La Leyenda de Munmu
Cuenta una leyenda que Munmu el gobernante del reino unificado de Silla.
En su lecho de muerte, dejó su última voluntad y su testamento, cediendo el trono a su hijo, el príncipe Sinmun.
Pero antes de morir, dijo:
"Un país no debe estar nunca sin un rey. El Príncipe tendrá mi corona antes que mi féretro.
Cremen mis restos y esparzan las cenizas en el mar, donde las ballenas viven.
Me convertiré en un dragón para defender el reino de las invasiones extranjeras."
El rey Sinmun hizo lo que su padre le pidió, y esparció sus cenizas en Dae-wangam, “la Roca del Gran Rey”,
un pequeño islote rocoso a un centenar de metros aproximadamente de la costa coreana.
Además, el rey Sinmun ordenó construir el Templo Gomun y dedicarlo a su padre,
también construyó un canal para que el dragón del mar utilizara para ir y venir entre la tierra y el mar.
En un sueño, el rey Munmu y el famoso general Kim Yu-shin se aparecieron al rey Sinmun y le dijeron:
"Soplando en una flauta de bambú calmarás los cielos y la tierra."
Entonces el rey Sinmun despertó del sueño, fue hacia el mar y recibió la flauta de bambú.
Se decía que soplando de la flauta el rey podría invocaría los espíritus del rey Munmu y el general Kim, para expulsar las tropas de sus enemigos,
además, curaría enfermedades, traería lluvia durante sequías y detendría las lluvias durante inundaciones.