Karai Octubre (Folclore Paraguayo)

Se cree que el origen de este ser tiene un significado muy antiguo y ligado a las estaciones. El mes de octubre marca un período crucial para muchas comunidades rurales en Paraguay, ya que suele ser un mes en el que las reservas de alimentos están disminuyendo debido a la transición entre temporadas agrícolas.

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El Karai Octubre aparece vestido de manera humilde, como un anciano pobre y hambriento, y va de casa en casa buscando comida. Si la familia es generosa y le ofrece una buena comida, la tradición dice que tendrán abundancia y prosperidad en los meses siguientes. Si, por el contrario, la familia no tiene suficiente o no le ofrece comida, se cree que el Karai Octubre les maldecirá con mala suerte, escasez y dificultades económicas.

Para evitar la mala suerte que podría traer el Karai Octubre, muchas familias celebran el karú guasu (que significa "gran comida" en guaraní), preparando abundantes banquetes el 1 de octubre, simbolizando la abundancia. Incluso se ha creado un plato emblemático para esta fecha, el Jopará, cuya preparación y consumo son una especie de ritual para expulsar la escasez. Se cree que ofrecer un buen jopará al Karai Octubre garantiza la protección y la abundancia en los tiempos difíciles que se avecinan.

A continuación, les relato una pequeña leyenda que he preparado para ustedes: Hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo campesino de Paraguay, se hablaba de un anciano misterioso que aparecía cada 1 de octubre. Este hombre, de ropas raídas y mirada profunda, caminaba de casa en casa, buscando un plato de comida. Nadie sabía de dónde venía ni hacia dónde iba, pero todos lo conocían como el Karai Octubre.

Una familia, que había tenido una mala cosecha, decidió ignorar la visita del anciano. "Ni siquiera tenemos suficiente para nosotros, mucho menos para regalar", se decían. Cerraron la puerta y fingieron no escuchar el golpeteo en la madera. Sin embargo, al día siguiente, su suerte empeoró: las pocas cosechas que les quedaban se marchitaron, y el ganado enfermó.

En cambio, otra familia que apenas tenía lo suficiente para sí misma decidió ofrecerle lo poco de lo que tenían: un plato de jopará, preparado con amor y gratitud. El anciano sonrió y bendijo a la familia antes de irse. Al día siguiente, sus tierras florecieron de manera inesperada, y su fortuna creció más allá de lo que podían imaginar. Entonces todos comprendieron que el Karai Octubre no era un simple viajero.

Desde entonces, cada 1 de octubre, el Karai Octubre sigue visitando las casas de quienes habitan el campo. Las familias se reúnen para preparar una gran comida, no solo para recibir al anciano, sino para asegurarse de que la abundancia y la generosidad guíen sus vidas. Porque aquel que desprecia al Karai Octubre, verá cómo la miseria se instala en su hogar, pero aquel que lo honra, encontrará prosperidad y bendiciones para el año venidero.