Olodumare, también conocido como Olorun, es la deidad suprema en la religión yoruba, considerada la fuente de todo poder, el dios "único", "supremo", "omnipotente" y "creador" de todo lo que existe en el universo. Es visto como el principio creador del cosmos, fuente de la energía vital, conocida como Ase, que mueve y sostiene todo lo que existe. También es asociado con la justicia, el equilibrio y el orden universal.
Olodumare, en yoruba, quiere decir “Señor al que va nuestro eterno destino”. A su vez simboliza una Deidad divina que sigue estas características: no tener padre o madre; y no estar limitada por el espacio.
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A pesar de su papel central, Olodumare no es comúnmente venerado directamente, ya que se considera tan poderoso y distante que los seres humanos no pueden comunicarse directamente con él. Por ello, Olodumare delega el manejo del mundo a los Orishas, divinidades menores que actúan como intermediarios entre la humanidad y el poder supremo.
Aunque Olodumare no aparece directamente en muchos mitos, está presente de manera fundamental en la creación y el orden del universo en la religión yoruba. Cuenta el mito, que cuando Olodumare comenzó con la creación, primero creó el cielo y la tierra, pero la tierra estaba vacía, sin forma y llena de agua.
Entonces Olodumare encargó a Obatalá, uno de los Orishas más importantes, la tarea de moldear la tierra y darle forma. Le dio una cadena dorada para bajar del cielo, una concha llena de arena y un gallo. Obatalá bajó, esparció la arena, y el gallo la extendió por toda la tierra, creando los continentes y las tierras firmes.
Sin embargo, en algunas versiones, Obatalá se embriagó con vino de palma antes de finalizar su trabajo, por lo que otro Orisha, Oduduwa, fue enviado para completar la creación del mundo.
Aunque Olodumare no se involucra directamente en este proceso, es el quien otorga el poder divino a los Orishas para que realicen sus tareas.
Más tarde el propio Olodumare es quien coloca el sol, la luna y las estrellas en el cielo, pero también encargó a uno de los Orishas la tarea de encender el sol para traer luz al mundo, lo que hizo posible que los seres humanos vivieran en la tierra. Este acto reafirma a Olodumare como el dador de vida y el organizador del cosmos.
En otro mito importante, se dice que cuando la humanidad fue creada, los humanos inicialmente no morían. Sin embargo, se volvieron tan desobedientes y caóticos que Olodumare decidió imponer la muerte para mantener el equilibrio en el mundo. De este modo, introdujo la mortalidad como un castigo divino y una forma de reordenar la vida y el ciclo cósmico.
Olodumare también aparece en relatos sobre un gran diluvio que casi destruye la tierra. En este mito, el dios supremo, disgustado por la mala conducta de los humanos, envía un diluvio para purificar el mundo. Sin embargo, después de la intervención de algunos Orishas, Olodumare se apiada de la humanidad y detiene el diluvio, permitiendo que la vida continúe en la tierra.
En cada uno de estos mitos, aunque Olodumare no interactúa directamente con los humanos, su presencia como creador, organizador y regulador del orden cósmico es fundamental. Los Orishas actúan en su nombre, pero su poder y autoridad provienen siempre de Olodumare.
Al ser una deidad suprema y trascendental en la religión yoruba, Olodumare no tiene un aspecto físico definido o representable como tal. Su naturaleza es abstracta, omnipotente e inalcanzable para la comprensión humana. Esto se debe a que Olodumare es visto como una entidad que está más allá de la forma física, siendo puro espíritu, poder y energía.
Olodumare es el poder absoluto detrás de la creación del cosmos. La fuente de la energía divina. Es omnipotente, todo lo que sucede en el universo es, en última instancia, bajo su control. Él es quien otorga vida y muerte. Controlar el destino de todas las cosas.
Es eterno, sin principio ni fin. No envejece, no cambia, y no está limitado por el tiempo o el espacio. Además de ser el creador, también tiene el poder para destruir o transformar lo que ha creado.
Estos poderes hacen de Olodumare la figura central en la cosmovisión yoruba, el motor de toda la existencia y el fundamento del orden espiritual y material.