Semyazza

Ángel líder de los Vigilantes

Semyazza, cuyo nombre puede traducirse como “La infame rebelión” o “el que ve el nombre”, es un poderoso ángel caído de las religiones abrahámicas. Jefe de los 200 ángeles pertenecientes a los Grigori, también llamados los “Vigilantes”. Se dice que está colgado entre la Tierra y el Cielo, formando así la constelación de Orión.


Descripción

Se decía que Semyazza era malvado, hasta el punto de que a menudo se ha argumentado que era un alter ego de Lucifer, no obstante, se trata de seres sobrenaturales completamente diferentes, pues Lucifer decidió ser expulsado, mientras que a Semyazza se le encomendó la tarea de descender a la Tierra y velar por los humanos.

Semyazza mitología

Video de Semyazza

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Historia

Génesis

Algunos dicen que Semyazza es uno de los pocos seres de la creación que conoce el verdadero nombre de Dios, de ahí es que obtiene el título de “El que ve el nombre”. A Semyazza se le declaro líder de los Grigori, de manera que fue el primero en ser designado Vigilante. Se le dio el poder de otorgar nombres a través de la bendición de conocer el inefable nombre de Dios, así nombro a todos los Grigori que vendrían a servir junto él en la Tierra. Sirvieron a la humanidad primitiva como vastas reservas de información sobre los aspectos más sutiles de la civilización, y su altruismo no tenía comparación.

Primero fueron conocidos como Vigilantes, ya que su trabajo era observar a la humanidad, ayudando cuando fuera necesario, pero sin interferir en el curso del desarrollo humano. Durante su vigilancia, Semyazza comenzó a notar un cambio en el rebaño, principalmente en la forma en que se presentaban las mujeres mortales. Sus cuerpos brillaban al sol, sus figuras estaban diseñadas geométricamente en una estructura perfecta, en relación con la constitución biológica de los humanos, y sus ojos irradiaban un anhelo desenfrenado.

Poco sabía Semyazza en ese momento, que su admiración era el resultado de un hechizo de Naamah, una de las primeras mujeres que residió en Edén quien rechazó los avances de Adán. Como Naamah era un espíritu de la autonomía sexual de las mujeres y de los ritos eróticos sagrados, su hechizo deformaría no sólo la apariencia de las mujeres, sino también la de sus espíritus, hasta volverlos sumamente deseables incluso para seres divinos como los ángeles.


Naamah se acercaba a Semyazza disfrazada como una mujer mortal y jugaba con sus pensamientos e impulsos. Al principio, Semyazza rechazó la idea de tomar a estas mujeres para él, ya que era su deber sagrado observar y pastorear a los humanos. Naamah, sin embargo, le explico que, si bien no pueden interferir en los asuntos del hombre, el Todo Poderoso nunca dijo nada acerca de involucrar sus manos en la satisfacción de los placeres del cuerpo. Semyazza pensó mucho antes de ceder y rápidamente reunió a sus compañeros Vigilantes en la cima del Monte Hermón.

Semyazza Ángel Caído

(Libro de Enoc, 6: 3-6):

Semyazza, su jefe, les dijo: "Temo que no queráis que tal acción llegue a ejecutarse y sea yo sólo quien pague por tamaño pecado". Le respondieron todos: "Juremos y comprometámonos bajo anatema entre nosotros a no cambiar esta decisión y a ejecutarla ciertamente". Entonces, juraron todos y se comprometieron a ello bajo anatema. Eran doscientos los que bajaron a Ardis, que es la cima del monte Hermón, al que llamaron así porque en él juraron y se comprometieron bajo anatema.

Unión prohibida

Semyazza convenció a los otros Vigilantes de unirse a él para fornicar con mujeres, entonces confabulo y conspiro con estos otros Grigori pecadores para seducir a las mujeres. El fruto antinatural de esta unión prohibida fueron los llamados “gigantes”, llamados Nefilim dentro del Libro de Enoc. Estos dominaron, destruyeron y explotaron a los humanos, a quienes consideraban una raza inferior, comenzando en los días del justo patriarca setita Jared, padre del profeta Enoc, y su libertinaje a partir de entonces alcanzó nuevas alturas: "Y había gran impiedad y mucha impiedad, fornicaron y se extraviaron y todos sus caminos se corrompieron”.

Otro pecado de los Vigilantes fue enseñar e instruir a la humanidad de manera blasfema, en diversas artes, ciencias y "secretos" celestiales prohibidos o "misterios" de la verdadera gnosis o conocimiento celestial. Especialmente la Sabiduría que poseía Azazel, quien les enseñó los secretos de la guerra, aunque hoy en día parece no sernos sorprendente, en su momento trajo la ira del cielo.


Caída de los Vigilantes

Dios mandó al Arcángel Gabriel a causa de los Gigantes para hacer la guerra con ellos:

(Libro de Enoc, 10:9, 10):

Y a Gabriel dijo el Señor: Ve a ellos, a esos bastardos, réprobos y nacidos de la fornicación, y aniquila de entre los hombres a éstos y a los hijos de los vigilantes. Sácalos, lánzalos unos contra otros, que ellos mismos se destruyan luchando, pues no han de ser largos sus días. Y todos te rogarán por sus hijos, más nada se concederá a sus padres, pues esperaron vivir casi eternamente; que habría de vivir cada uno de ellos quinientos años.

(Libro de Enoc, 15:8-12):

Ahora, los gigantes nacidos de los espíritus y de la carne serán llamados malos espíritus en la tierra y sobre ella tendrán su morada. Malos espíritus han salido de su carne, porque de arriba fueron creados y de santos vigilantes fue su principio y su primer fundamento. Malos espíritus serán sobre la tierra, y malos espíritus serán llamados. Los espíritus de los cielos en el cielo tendrán su morada, y los espíritus de la tierra, que han nacido sobre la tierra, en ella tendrán su morada. Los espíritus de los gigantes, los Nefilim, oprimen, corrompen, atacan, pelean, destrozan la tierra y traen pesar; nada de lo que comen les basta, ni cuando tienen sed quedan ahítos. Y se alzan esos espíritus contra los hijos de los hombres y sobre las mujeres, pues de ellos salieron.


Por último, la sentencia de los asociados de Semyazza es descrita. (Libro de Enoc, 10:11-16):

Y a Miguel dijo el Señor: "Ve, informa a Semyazza y a los otros que están con él, los que se unieron a las mujeres para corromperse con ellas en todas sus torpezas. Y cuando todos sus hijos hayan sido aniquilados y hayan visto la perdición de sus predilectos, átalos por setenta generaciones bajo los collados de la tierra hasta el día de su juicio definitivo, hasta que se cumpla el juicio eterno. En ese día serán enviados al abismo del fuego, al tormento, y serán encadenados en prisión eternamente. Entonces, desde ese momento, arderá él y se deshará juntamente con ellos, y quedarán atados hasta la consumación de las generaciones.

Después de la destrucción de los gigantes, Dios causó el Diluvio Universal para destruir a los humanos que se habían corrompido.



Metatron

El Rey de los Ángeles.

Ananiel

La Tormenta de dios.

Iblis

El diablo del Islam.