Luego, ambos fueron a elegir un caballo para ese viaje.
Cuando Chumong eligió el caballo más fuerte y hermoso, los príncipes empezaron a negarle el alimento,
el caballo que antes era fuerte, había perdido su esplendor y fue dado a Chumong,
pero a este no le importo y a partir de ese momento, cuido muy bien de su caballo.
Chumong aún no salía del reino, cuando su madre descubrió que los príncipes conspiraban para matar a su hijo,
por ello, el joven arquero tuvo que huir del reino.
Mientras huía un río cortó su camino en medio de la huida, así que el joven dijo al cielo:
“Yo soy el hijo del sol y sobrino de Habaek. Ahora mis perseguidores se están acercando: ¿qué puedo hacer?”.
Entonces peces y tortugas salieron del río en respuesta y formaron un puente,
cuando sus perseguidores y las tropas del rey se acercaron, las tortugas y los peces regresaron al río,
causando que estos cayeran al agua y se ahogaran.
Chumong continuo su viaje al sur, y en el camino se dio cuenta que había perdido una de las semillas de cebada que su madre le había dado antes de partir.
El mito dice que cuando el joven vio una paloma posada en un árbol, le apuntó con su flecha y encontró la semilla perdida en su garganta,
luego, bañó el cuerpo de la paloma en agua y esta volvió a la vida, entonces, el hijo del sol decidió fundar su reino en aquel lugar.