El dios Tupã es la deidad más importante de la mitología guaraní. Tupã es el dios creador, asociado con el cielo, la lluvia, el trueno, el rayo y los fenómenos naturales, así como con el origen de la vida en la Tierra.
Tupã es considerado el dios supremo y creador de todo lo que existe. En la mitología guaraní, él fue quien creó la Tierra, las plantas, los animales y a los seres humanos. Según las leyendas, Tupã descendió del cielo junto con su esposa, la diosa Arasy, y en conjunto crearon la naturaleza y la vida en la Tierra.
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Se cuenta que, en el principio, el universo estaba sumido en la oscuridad y en el vacío. Entonces, Tupã, junto con su esposa Arasy, descendió del cielo para traer luz y vida a la Tierra. Tupã usó su voz y su poder para crear el sol, la luna, las estrellas, las montañas, los ríos y los mares.
La pareja divina trabajó en conjunto para moldear la naturaleza y darle vida a la Tierra. Esta historia simboliza el poder de la palabra de Tupã para crear, pues en muchos relatos se dice que él creó el mundo simplemente hablando o cantando.
Se cuenta que Tupã creó a los primeros seres humanos en el Cerro de Amambay, en Paraguay. Ahí, él y Arasy moldearon figuras de barro, a las cuales les dieron vida mediante la respiración de Tupã. Así nacieron los primeros hombres y mujeres.
Este mito a menudo representa el origen de la humanidad y refuerza la idea de que todos los seres vivos están hechos del mismo material sagrado de la Tierra. También se cuenta que Tupã dotó a los humanos de habilidades para sobrevivir, como el conocimiento de las plantas y los animales.
Después de crear a la humanidad, Tupã quiso proteger a los humanos de enfermedades y peligros. Se dice que por eso creó diversas plantas medicinales con poderes curativos para que los guaraníes pudieran sanar y mantener su salud. Según este mito, las plantas medicinales son regalos de Tupã, por lo que los guaraníes las consideran sagradas y las usan con gran respeto. Este mito resalta la importancia de la naturaleza como fuente de vida y sanación.
En otro mito, Tupã y Arasy decidieron crear a los animales para completar la vida en la Tierra y mantener el equilibrio de la naturaleza. Cada animal fue dotado con características específicas para que pudiera habitar el bosque, el agua o el aire. Este mito enfatiza que todos los animales tienen un propósito en el ecosistema, y que cada uno es una manifestación de la voluntad de Tupã. En algunas versiones, se menciona que el jaguar, la serpiente y las aves tienen significados simbólicos particulares, conectados a las enseñanzas espirituales guaraníes.
Tupã y Arasy forman una pareja sagrada. Mientras Tupã se encarga de crear y regular el mundo físico y natural, Arasy está más relacionada con el mundo emocional y espiritual. Juntos representan la dualidad de creación y sustento, complementándose el uno al otro.
Continuando con la leyenda, Tupã les asignó a otras deidades menores la misión de proteger ciertos elementos naturales. Así, Tupã establece un orden en el universo, asignando responsabilidades a otras entidades para que la naturaleza y la vida humana puedan prosperar.
Otro mito en el que aparece Tupã, narra la caída de un gran diluvio para purificar la Tierra de los seres humanos que habían perdido el respeto por la naturaleza y las enseñanzas divinas. En este mito, Tupã advierte a los justos para que busquen refugio y se salven de la inundación. Solo algunos sobrevivieron, y después de que las aguas bajaron, estos pocos seres humanos repoblaron la Tierra, más conscientes de su responsabilidad de vivir en armonía con la naturaleza.
Este mito es similar al diluvio en otras culturas, y refuerza la importancia de vivir en equilibrio con el medio ambiente.
Finalmente, uno de los mitos más significativos es el de Yvy Marã Ey, la "Tierra Sin Mal", un lugar de paz y armonía donde no existen el dolor ni la muerte. Los guaraníes creen que Tupã les prometió este lugar como recompensa para quienes vivieran en equilibrio con la naturaleza y practicaran la bondad. Los mitos de Yvy Marã Ey inspiran a los guaraníes a vivir de acuerdo con los principios éticos y a buscar la armonía espiritual.
En estos mitos, Tupã no solo es un creador, sino también un guía y protector, estableciendo normas de vida y enseñanzas sobre el respeto a la naturaleza y a los demás. Su figura es central en la cosmovisión guaraní, y muchos de estos relatos refuerzan el respeto hacia el mundo natural y los lazos comunitarios.
Como dios del cielo, Tupã está muy relacionado con el trueno y la lluvia, y se cree que su presencia se manifiesta a través de tormentas y relámpagos. Para el pueblo guaraní, los fenómenos climáticos, como las tormentas, son una señal de la actividad de Tupã y representan su poder sobre el mundo.
Tupã posee el poder de la creación, siendo capaz de crea con solo su voz. Posee dominio sobre el clima y los fenómenos naturales. Es una deidad sabía que posee un profundo conocimiento de la naturaleza y del universo. Y, aunque es principalmente una deidad benévola, también tiene el poder de castigar.