En la mitología mexica, Xochitónal era una gigantesca iguana que habitaba en el Mictlán, dentro de las oscuras y turbias aguas del río Apanohuacalhuia, uno de los lugares por donde tenían que pasar los muertos para llegar al fin del inframundo. Su nombre quiere decir "flor del alma".
Xochitónal era una deidad menor que custodiaba la entrada al reino de los muertos. La feroz criatura asechaba dentro de las oscuras aguas del río Apanohuacalhuia, el primero de los obstáculos que obstruían el camino del Mictlán.
Todos aquellos que fallecían de muerte natural tenían que buscar la forma de evadir a la monstruosa iguana o incluso vencerla para poder cruzar, no obstante, la manera más sencilla de atravesar el río era con la ayuda de un perro xoloitzcuintle, pues estos ahuyentaban a la bestia y ayudaban a los muertos a cruzar las tempestuosas aguas, por desgracia, solo aquellos que en vida fueron amables con los perros recibían la ayuda de estos canes.
La mayoría de las veces, Xochitónal es descrito con la forma de una enorme iguana, no obstante, también se le atribuye la forma de un lagarto, similar a un caimán y en otras ocasiones es descrito como un cadáver putrefacto, con el cráneo de lagarto y una larga lengua bífida.
Xochitónal podía controlar los huesos de los muertos a los que derrotaba y los utilizaba para atacar y capturar a otros que intentaran cruzar el río que custodiaba. Su lengua era sumamente ponzoñosa, su toque era incluso más mortal que el de las mismísimas serpientes que habitaban el Mictlán.
La devoradora de almas.
Primer avatar del dios Vishnu.
La monstruosa Cipactli.
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