Historia de Dagda
En otro mito, se cuenta que hace mucho tiempo los fomorianos gobernaron a los Tuatha Dé Danann, gracias a que Bres, el medio fomoriano, remplazo como rey a
Nuada, luego de que este último perdiera su brazo,
durante este tiempo, Dagda trabajaba muy duro cada día para regresar a su hogar durante la noche con el afán de disfrutar de una deliciosa comida
que el mismo preparaba. Cridenbel, su vecino siego, pero con un agudo sentido del olfato, envidiaba los deliciosos banquetes de Dagda, pues día con día
saboreaba el olor de la comida, hasta que, en una ocasión pidió a Dagda que le compartiera de sus alimentos y este sin dudarlo acepto, pero el aprovechado
Cridenbel le dijo que si tenía honor debía entregarle las tres mejores porciones de su comida.
Dagda, que era sumamente amable le permitió dar los primeros tres bocados, sin embargo, el siego mal agradecido tomo porciones del tamaño de un cerdo
entero, devorando una tercera parte de la comida del dios, estas acciones continuaron por algún tiempo, ocasionando que Dagda bajara de peso y comenzara
a guardar resentimiento contra su ventajoso vecino. Angus, dios del amor e hijo de Dagda, se percató de los problemas de su padre, así que se dispuso a ayudarlo
ideando una forma de terminar con el robo de Cridenbel, le dio a Dagda tres monedas de oro y le dijo que las pusiera en su comida.
Al anochecer Cridenbel llego a exigir su comida como siempre, pero esta vez le esperaba una sorpresa. El siego reclamo las tres mejores piezas de la comida,
pero al ser las monedas mucho más valiosas que cualquiera de los otros alimentos, estas fueron el alimento que se le ofreció a Cridenbel y este sin dudarlo
las comió, cosa que lo llevo a la muerte, pues las enormes monedas se atascaron en su estómago.