El dios Dagda, también conocido como el dios bueno, es la deidad principal de la mitología celta irlandesa, pertenece a la raza divina de los Tuatha Dé Danann y por mucho tiempo fue el líder de estos. Era patrono de la tierra, aunque, también se le asociaba con el orden y la ley natural.
Dagda era asociado a la tierra al punto de ser considerado patrono de esta misma, a menudo se le comparaba con el dios Odín por su carácter de líder y asociación con la magia, además de ser ambos figuras paternas, pues al igual que el dios nórdico Dagda es padre de multitud de dioses.
Se cuenta que hace mucho tiempo los fomoré o fomorianos gobernaban a los Tuatha Dé Danann con el rey Bres a la cabeza, durante este tiempo, Dagda trabajaba muy duro cada día para regresar a su hogar durante la noche con el afán de disfrutar de una deliciosa comida que el mismo preparaba. Cridenbel, su vecino siego, pero con un agudo sentido del olfato, envidiaba los deliciosos banquetes de Dagda, pues día con día saboreaba el olor de la comida, hasta que, en una ocasión pidió a Dagda que le compartiera de sus alimentos y este sin dudarlo acepto, pero el aprovechado Cridenbel le dijo que si tenía honor debía entregarle las tres mejores porciones de su comida.
Dagda, que era sumamente amable le permitió dar los primeros tres bocados, sin embargo, el siego mal agradecido tomo porciones del tamaño de un cerdo entero, devorando una tercera parte de la comida del dios, estas acciones continuaron por algún tiempo, ocasionando que Dagda bajara de peso y comenzara a guardar resentimiento contra su ventajoso vecino. Angus, dios del amor, se percató de los problemas de su padre, así que se dispuso a ayudarlo ideando una forma de terminar con el robo de Cridenbel, le dio a Dagda tres monedas de oro y le dijo que las pusiera en su comida.
Al anochecer Cridenbel llego a exigir su comida como siempre, pero esta vez le esperaba una sorpresa. El siego reclamo las tres mejores piezas de la comida, pero al ser las monedas mucho más valiosas que cualquiera de los otros alimentos, estas fueron el alimento que se le ofreció a Cridenbel y este sin dudarlo las comió, cosa que lo llevo a la muerte, pues las enormes monedas se atascaron en su estómago.
Dagda fue acusado de haber envenenado a su vecino y de violar las leyes de hospitalidad, delitos que se castigaban con la muerte. Para librarse de los cargos, Dagda abrió el estómago de Cridenbel para sacar las monedas y así demostrar que no lo había envenenado, si no que, había sido su ceguera y envidia lo que había terminado con su vida.
Gracias a esta historia, a Dagda se le asocia a la abundancia, la hospitalidad y la generosidad, compartiendo los alimentos que cargaba en su caldero sin fondo, pero a su vez nos demuestra que el dios también castigaba a aquellos que abusaban de la hospitalidad para menoscabar a su anfitrión.
Dagda fue por mucho tiempo el líder supremo y el miembro más importante de los Tuatha Dé Danann, fue amante de la diosa de la guerra, Morrigan, lucho en innumerables batallas contra los Fomoreos y junto a su grupo se hicieron con el control de Irlanda, convirtiéndose en sus dioses, sin embargo, terminarían siendo derrotados por los hijos de Milesius, antepasados de los irlandeses, lo que los obligo a retirarse al mundo subterráneo, donde vivieron en palacios construidos por Dagda.
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Dagda es descrito como un enorme hombre peludo, carga con una enorme masa y un gigantesco caldero repleto de comida que carga sobre su espalda. Según la versión, se le puede ver con un aspecto fofo y gracioso, con ropas pequeñas para su cuerpo y cabello desarreglado o bello, poderoso y rudo, pero siempre respetado.
Esta deidad posee diversos poderes y atributos formidables, pues los demás dioses lo consideraban sumamente sabio, un temible e imparable luchador y un mago hábil y poderoso. Su enorme masa mágica podía aplastar a multitud de enemigos a la vez, mientras que, con su caldero sin fondo era capaz de proveer abundancia, además, poseía un arpa con la que controlaba las estaciones del año. Es amo de los elementos y la adivinación, maestro de la música y las artes y un temible oponente tanto dentro como fuera del campo de batalla. Por si fuera poco, su magia era capaz de devolver la vida a los muertos.
Rey nórdico de los Aesir.
Rey del Olimpo y los dioses Griegos.
Gobernante Chino del Cielo y la Tierra.
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