El dios Nuada

Nuada, rey de los Tuatha De Danann

Nuada, también conocido como Airgeadlámh, "el brazo de plata", es un dios de la mitología celta irlandesa y primer rey de los Tuatha De Danann. Estaba casado con Boann, la diosa del río Boyne. Se le relacionaba con la pesca, la caza y las batallas. Nuada comandaría a su raza en las guerras para librar a su pueblo de los Fomorianos.

Nuada fue el rey de los Tuatha De Danann durante siete años antes de que se establecieran en Irlanda, se puso en contacto con el rey de los Fir Bolg, quienes por ese entonces habitaban la isla, y les solicito que le dieran la mitad del territorio para que los Tuatha se establecieran en él, sin embargo, su petición fue rechazada.

No obstante, Nuada necesitaba un lugar donde su gente pudiera establecerse, así que, se dispuso a ir a la guerra, ambos pueblos se prepararon para el conflicto, y en un acto de caballerosidad por parte de ambos bandos permitieron que su número y armas fueran inspeccionados por el lado opuesto para permitir una batalla verdaderamente justa. Esta primera contienda sería conocida, como la primera batalla de Mag Tuired. Los Fir Bolg demostraron ser rivales sumamente dignos, Nuada perdió uno de sus brazos al enfrentarse a Sreng, el campeón de los Fir Bolg, e incluso estuvo a punto de ser asesinado por esté, afortunadamente fue rescatado por Aengaba, quien intentaría vengar a Nuada enfrentándose a Sreng, pero este lo hirió de muerte.

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Al mismo tiempo, Dagda hizo que cincuenta de sus soldados sacaran a Nuada del campo de batalla. Los Tuatha De lograron tomar la delantera en la guerra, así que, Sreng buscando evitar la derrota, desafió a Nuada a un combate singular. Nuada aceptó, pero con la condición de que Sreng peleara con un brazo atado, el guerrero se negó, pero para este punto su pueblo ya estaba casi vencido, por ello, en un gesto de bondad y reconocimiento a su valentía y poder, Nuada ofreció a Sreng una cuarta parte de Irlanda para su gente, propuesta que el Fir Bolg termino aceptando para salvar al resto de su raza.

Habiendo perdido su brazo, Nuada ya no podía gobernar a los Tuatha De Danann, pues la tradición dictaba que su rey debía ser físicamente perfecto, así que, fue remplazado por Bres, el medio fomoriano, sin embargo, este nuevo rey sometió a su pueblo ante los fomorianos, a quienes debían rendir tributo.

Por supuesto los Tuatha De no iban a soportar estar dominados, así que, el médico Dian Cecht fabrico para Nuada un brazo de plata para remplazar el que perdió en la guerra. Con esto fue suficiente para que pudieran destituir a Bres y coronar nuevamente a Nuada, quien tras su coronación recibiría de Miach, el hijo de Dian Cecht, un nuevo brazo de carne y hueso, superando incluso el gran trabajo de su padre.

Lamentablemente, Bres intentaría volver a hacerse con el trono por la fuerza con la ayuda de Balor, el rey de los Fomoré. Nuada reino durante veinte años más, años en los que tuvo que enfrentar los ataques constantes de los Fomorianos. No obstante, cuando el joven y vigoroso Lugh se unió a su corte, supo darse cuenta de que era el momento de ceder su lugar, nadie había demostrado ser tan digno como el joven de múltiples talentos, de alguna manera Nuada supo que Lugh sería capaz de liderar a los Tuatha contra lo Fomoré y ganarles la libertad. Fue así como Nuada cedió la corona a Lugh y lo siguió en la segunda batalla de Mag Tuired. Desgraciadamente, Nuada perdió la vida decapitado en la batalla por Balor, pero Lugh lo vengo al acabar con el rey demonio y llevó a los Tuatha De Danann a la victoria, cumpliendo así el anhelo de Nuada.

Nuada es representado como un vigoroso guerrero que porta una espada resplandeciente. Se le ve empuñando su arma con su emblemático brazo plateado en la guerra.

Nuada era un magnífico y excepcional guerrero experto, además sus dotes de liderazgo lo hacían un gobernante aún más sublime. Poseía una espada conocida como “Claimh Solais”, la espada de la luz, uno de los cuatro tesoros de los Tuatha de Danann, traídos de la gran ciudad de Findias. Se decía que una vez que la espada era desenvainada, nadie podía escapar ni resistirse a ella. Se encendía en llamas como una deslumbrante antorcha para incinerar a sus enemigos y en este estado le llamaban “Cainnel de Nuadu”.