Rápidamente Svarog creó un cofre mágico y tan pronto como Chernobog apareció en la puerta de la forja,
Svarog pidió la ayuda de sus hijos, juntos combatieron a la serpiente, encerrándola dentro del cofre.
El dios negro fue derrotado, pero en su miseria le pidió a Svarog que perdonara a su descendencia malvada, los hombres de este mundo.
Svarog decidió perdonar a los hombres, al fin y al cabo, ellos no eran responsables, pues él mismo creó a los hombres defectuosos como son.
Sin embargo, había una condición, Svarog dijo a Chernobog que nunca más el mundo podría ser controlado por la oscuridad en su totalidad,
a lo que Chernobog tuvo que estar de acuerdo.
El mundo de los hombres fue restaurado y la mitad del mundo de nuevo fue cubierto por la luz del día que brillaba desde la ardiente fragua de Svarog,
mientras que la otra mitad permaneció en la oscuridad, así es como el ciclo de la noche y el día llegó al mundo de los hombres.