Cuando surge el momento de la oportunidad, se vuelve imparable y tan poderoso que ni siquiera su padre, el más fuerte de los dioses, puede detenerlo.
Al ser hijo de Zeus, es nieto del Titan Crono, pero al haber vivido cuando este ya no reinaba, Kairós
es el heredero del tiempo.
Los griegos tenían dos palabras para referirse al tiempo: Chronos y Kairós. Chronos es el tiempo lineal, el que se puede medir con un reloj.
Mientras que, Kairós es el momento justo, no el tiempo cuantitativo sino el tiempo cualitativo de la ocasión, la experiencia del momento oportuno.
Esopo cuenta que Kairós representa el breve momento en el que todas las cosas son posibles.
Eurípides lo llamaba “el mejor guía en cualquier actividad humana”.