Kashiapa las bendijo a ambas y luego se retiró a un bosque a meditar. Al poco tiempo, Kadru dio a luz a mil huevos, mientras que de Vinata
nacieron solo dos huevos. Después de incubarlos por quinientos años, los huevos de Kadru eclosionaron y de ellos salieron sus mil hijos, todos pertenecientes
a la raza divina de los Naga, mitad hombres y mitad serpientes. Por otra parte, Vinata estaba ansiosa por tener a sus propios hijos, y esta ansiedad
se multiplico al ver a los hijos de Kadru, así que, impacientemente rompió uno de sus huevos. De este huevo emergió Aruna parcialmente formado, con un
aspecto radiante y rojizo como el sol de la mañana, pero no tan radiante como el sol del mediodía como se le había prometido a su madre, pues su cuerpo estaba completo,
pero la gestión de su poder se vio afectada, interrumpida por la premura de su progenitora.
Nacimiento de Garuda
Aruna reprendió a su madre por su impaciencia y le advirtió que no rompiera el segundo huevo, maldiciéndola para que fuera una esclava hasta que su hermano
la liberara, partiendo luego al cielo para convertirse en el auriga de Surya, el dios del sol. Vinata esperó y después de muchos años eclosionó el segundo
huevo, de él emergió Garuda, apareciendo como un infierno enfurecido, un fuego equiparable a la conflagración cósmica que consume el mundo luego de cada kaipa.
Sin embargo, su madre no estuvo presente para contemplar su nacimiento, pues la maldición de Aruna tuvo efecto en ella, ya que,
fue esclavizada por Kadru luego de que esta le ganara una apuesta mediante engaños.