El dios Huitzilopochtli

Huitzilopochtli dios de la Guerra y el Sol Mexica

Huitzilopochtli dios del Sur y el Azul, también conocido como Colibrí Zurdo o del Sur, dios del Sol y la Guerra. Es la deidad principal de los mexicas, el más poderoso de todos los dioses guerreros y aquel que guio al pueblo mexica hasta su tierra prometida, donde construyeron la gran Tenochtitlan.

Existen dos relatos acerca del origen del poderoso Huitzilopochtli, ambos mitos son muy diferentes, pues cuentan historias distintas de su nacimiento, el primero tiene lugar en el principio y creación del universo, Huitzilopochtli seria uno de los cuatro dioses principales junto a Tezcatlipoca, Quetzalcóatl y Xipe Totec, hijos de Ometeotl, el dios primordial.
El segundo relato lo convierte en hijo de Coatlicue y el Sol joven hijo del Sol viejo, este mito es el que narraremos aquí, pues es en este en el que el dios es protagonista.

La diosa madre Coatlicue se encontraba realizando su penitencia en el cerro sagrado de Coatepec, el cerro de las serpientes y hogar de los dioses, de pronto se presentó frente a ella una bola de plumas de color azul, la cual descendió desde el cielo, le parecieron tan hermosas a la diosa que las tomo entre sus manos mientras descendían, tal era el gusto de la diosa por las plumas que no pudo deshacerse de ellas así que las guardo en su seno, al terminar su penitencia busco las plumas para admirarlas una vez más, pero estas ya habían desaparecido, a partir de este momento Coatlicue quedaría embazada.

Coatlicue ya era madre de incontables dioses, estos eran conocidos como los Centzon Huitznáhuac, dioses de las estrellas del sur, estos eran regidos por su hermana Coyolxauhqui, la luna. Al enterarse del embarazo de su progenitora los dioses enfurecieron y exigían conocer al responsable, sin embargo, ni su madre lo sabía, a los dioses les pareció un insulto, pues los habían deshonrado, además creían que su madre, a pesar de que les conto la verdad, les estaba mintiendo para proteger a quien le había hecho eso, Coyolxauhqui reunió a todos sus hermanos y los instigo contra Coatlicue, les dijo que los había deshonrado y ahora debían matarla para recuperar su honor.

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La pobre diosa estaba temerosa de sus hijos, pues sabía que estaban conspirando contra ella y el hijo que cargaba, entonces escucho la voz de Huitzilopochtli que a pesar de estar en su vientre podía comunicarse con ella, le dijo "No temas, yo sé lo que tengo que hacer", entonces Coatlicue reconfortada por sus palabras recupero la paz. Los incontables hijos y su hermana se prepararon como mejor pudieron para la rebelión, cargaron sus mejores armas, pieles, ropajes y tambores, pues a pesar de ser muchos y poderosos no pensaban subestimar el poder de su madre que bien podría hacerles mucho daño si intentaba defenderse, a pesar de todo estaban decididos a asesinarla y sacar el hijo que llevaba dentro para destriparlo y sacarle el corazón, afortunadamente entre los Surianos se encontraba uno que no estaba enfadado con su madre, se trataba de Cuahuitlícac que corrió hasta ella antes de que sus hermanos salieran a matarla, con el fin de contarle todo a ella y a su pequeño hermano. Al llegar con su madre Cuahuitlícac hablo con Huitzilopochtli, este le agradeció y le pidió un favor más, quería que se quedara junto a ellos y le contara todos los movimientos de sus hermanos.

Llegado el día del ataque Cuahuitlícac corrió a avisar a su hermano que los dioses ya estaban en camino, grito “Ya vienen”, entonces Huitzilopochtli le dijo "Mira bien por donde vienen", su hermano mayor contesto "Vienen ya por Tzompantitlan", el Colibrí zurdo aguardo y tras un momento pregunto de nuevo "¿Por dónde vienen ya?", su hermano respondió "vienen ya por Coaxalpan", una vez más Huitzilopochtli tomo un minuto, mientras tanto su madre estaba ya en labor de parto y a punto de dar a luz, pasado el momento Huitzilopochtli pregunto de nuevo "Mira bien por dónde vienen", asustado su hermano respondió "vienen ya por la cuesta de la montaña", a pesar de la cercanía el Colibrí siguió esperando sin que pasara algo, su hermano y madre estaban completamente nerviosos y sin saber que hacer, entonces el dios pregunto una vez más "Hermano mira bien por dónde vienen".

Alarmado Cuahuitlícac respondió, !Ya están en la cumbre, ya llegan, los viene guiando Coyolxauhqui!, en ese momento Huitzilopochtli emergió del vientre de su madre, nació ya adulto, vestido y armado, entonces convoco la lanza Xiuhcóatl, conocida como la serpiente de fuego, su madre quedo en el suelo con las piernas abiertas y se desvaneció tras darlo a luz, mientras tanto su hermano estaba sorprendido, incrédulo de lo que había presenciado, pero más sorprendidos quedarían los Surianos, pues Huitzilopochtli corrió a su encuentro, al estar de frente el dios se lanzó a luchar él solo en contra de todos, decapito, descuartizo y partió a todos y cada uno de sus hermanos, ninguno fue rival para el Colibrí Zurdo, pues había nacido el guerrero perfecto, nadie podría hacerle frente.

Todas las estrellas del sur fallecerían ante el poder del Colibrí Azul, muchos rogaron por piedad, pero su hermano pequeño no tuvo misericordia, el dios estaba lleno de furia, su arma destruía a todas las otras e incineraba a todo aquel que tocaba, al asesinarlos iba lanzando los cuerpos de los derrotados al firmamento. Cuando no hubo más dioses que se atrevieran a pelear, se acercó a su hermana Coyolxauhqui, pero la diosa no le tuvo miedo y lo ataco, a pesar del gran poder que tenía por ser la más fuerte de entre todos sus hermanos tampoco fue rival para Huitzilopochtli quien de un movimiento rápido como el rayo la decapito y corto su cuerpo en mil pedazos.

Con la muerte de su hermana Huitzilopochtli cazo a todos aquellos que intentaron escapar, cuando no quedo ni uno más el dios por fin sacio su ira, entonces tomo todas las ropas de los cadáveres mutilados de sus hermanos, dejándolos desnudos, hizo de todas sus ropas, adornos y armas trofeos de guerra, todo esto para seguir humillándolos incluso después de matarlos, por último, tomo la cabeza de su hermana y la lanzó al cielo para convertirla en la luna, enseguida se transformó en el sol y paso a regir todo el cielo.

Este dios fue el encargado de guiar a los mexicas hasta el lugar donde fundarían la ciudad de Tenochtitlan, les dio la señal de establecerse donde vieran a un águila devorando una serpiente sobre un nopal, además les otorgo el nombre de mexicas y les dio su bendición para librarse y separarse del yugo de los aztecas.

Huitzilopochtli era un grande y poderoso hombre de piel azul, adornado con plumas de quetzal, el rostro pintado con franjas diagonales, piernas delgadas y largas, carga un escudo y lanza, sobre su cabeza porta un casco adornado con plumas que asemeja la cabeza de un colibrí.

Este dios es la deidad principal y más poderosa de la mitología mexica, es un prodigio incluso entre los dioses, pues era considerado el guerrero perfecto, su velocidad es como el la del rayo y su fuerza descomunal, es un experto guerrero imparable y por si fuera poco carga con la lanza Xiuhcóatl, el arma más poderosa del panteón mexica, está a pesar de tener la forma de una serpiente parecía un rayo, pues estaba envuelta en llamas, incineraba inmediatamente a todo aquel que tocara y Huitzilopochtli la blandia velozmente.

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