Susanoo y Amaterasu
A pesar de haber recibido tanto, Susanoo no estaba conforme con la repartición que su padre hizo de su reino, pues el dios quería aún más, deseaba arrebatar
el cielo a su hermana Amaterasu pero, no podía arriesgarse a sufrir la ira de su padre, por ello espero pacientemente, hasta que por fin llego el sueño divino
de su padre. Llegado el momento Susanoo reto a su hermana a una batalla por el dominio del cielo, sin embargo, el dios del mar no deseaba que ambos sufrieran
heridas innecesarias causadas por un duelo de poder puro, por lo que su enfrentamiento sería una lucha de poder creador, quien lograra crear más divinidades sería el ganador.
Amaterasu fue la primera en actuar, tomo la espada de su hermano, la rompió en tres fragmentos, los lavo en una fuente para purificarlos y los arrojo a su boca,
la diosa los mastico y tras unos segundos, soplo el material, haciendo surgir tres hermosas diosas. Para superar a su hermana, Susanoo le arrebato las cuentas
de la fertilidad que llevaba en el cuello y con ellas creó a cinco dioses, tras esto, el poderoso dios del rayo se proclamaría vencedor, pero su hermana le hizo ver la realidad,
Amaterasu le dijo que como ella era dueña de las cuentas con las que Susanoo creo a sus kami, esos cinco dioses le pertenecían, mientras que las megami
nacidas de su espada eran suyas, declarándose vencedora.
El juicio de Susanoo
Susanoo se negó a aceptar su derrota y a la vez se sintió engañado, así que, destruyo el palacio de su hermana y asesino a su caballo celestial, sus actos causaron grandes consecuencias, pues al
causar terror y furia en su hermana, esta dejo su puesto en el cielo para refugiarse en una cueva, sumergiendo al mundo en la oscuridad eterna, Susanoo no tardo en ser
juzgado por la corte celestial de ochocientos dioses, quienes lo acusaron de asesinar al caballo celestial, llevar la oscuridad al mundo y provocar la muerte de una de las
doncellas de su Amaterasu. Como castigo fue desterrado del cielo y enviado a las tierras de Izumo.