Los demás dioses tomaron su desaire como una terrible ofensa, tanto contra el representante como para la diosa, así que, decidieron
que debía ser castigado. Para su fortuna Enki intercedió por él, ayudándolo para que su castigo no fuera
tan cebero, aún así, debía viajar al inframundo y buscar el perdón de la diosa. Antes de partir recibió consejo de Enki, el dios
le dijo que por más que le insistieran no aceptara un asiento en el mundo de los muertos, ni comiera de sus alimentos ni tomara de sus bebidas,
no debía lavarse los pies y sobre todo, sin importar la tremenda belleza de Ereshkigal, debía resistir la tentación de unirse con ella.
Ereshkigal y Nergal
Negal llego hasta el inframundo acompañado de siete escorpiones y cargando un hermoso trono de madera como presente para la diosa.
Cruzo las siete puertas del sub mundo y se presentó ante Ereshkigal. Al verlo, la diosa quedo enamorada de inmediato del poderoso
e imponente dios, así que, le ofreció un asiento junto a ella, pero el dios se rehusó a sentarse. De inmediato Ereshkigal pidió que le
trajeran alimentos y bebidas, pero también fueron rechazados. Entonces se ofreció a lavarle los pies, pero también se negó. Sin más, Ereshkigal
fue a bañarse y permitió que Nergal viera por un instante su cuerpo, el dios intento resistirse con todas sus fuerzas, pero la diosa se dio
cuenta del ansia que le provoco, así que, se dejó ver nuevamente, haciendo ceder al dios.