Supay (Mitología Andina)

¿Quién es Supay?

Supay es una deidad de la mitología andina especialmente venerada en las culturas quechua y aymara. Es conocido como el dios del inframundo, la muerte y el señor de los demonios. En la tradición andina, Supay gobierna el Ukhu Pacha, el mundo subterráneo, donde residen los muertos y los espíritus malignos. A menudo, se lo asocia con la minería y las cuevas, ya que se creía que las minas eran puertas hacia su reino.

En la cosmovisión andina, Supay tiene un simbolismo complejo y multifacético, representando tanto fuerzas destructivas como elementos necesarios para el equilibrio del universo. A diferencia de la concepción cristiana del mal absoluto, Supay no es simplemente un ser maligno; es una deidad que refleja la dualidad inherente a la naturaleza y el cosmos andino.

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Supay es el señor del Ukhu Pacha, uno de los tres mundos que forman parte de la cosmovisión andina:

• Hanan Pacha: el mundo de arriba, está asociado con el cielo, los dioses y lo sagrado.
• Kay Pacha: el mundo de aquí, es el mundo terrenal de los vivos.
• Ukhu Pacha: el mundo de abajo, relacionado con lo subterráneo, la muerte y el renacimiento.

En este contexto, Supay simboliza la energía de la tierra, los minerales y el inframundo. Su rol es crucial, ya que gobierna el espacio donde los muertos reposan y donde se generan los minerales, una fuente vital de riqueza y sustento. Por eso, para los mineros andinos, Supay es visto tanto como un protector de las minas, como una entidad que debe ser respetada y aplacada con ofrendas para evitar accidentes o desgracias.

En la mitología andina, todas las fuerzas del universo son complementarias y se necesitan mutuamente para mantener el equilibrio. Supay encarna esta dualidad como una fuerza que puede ser tanto peligrosa como beneficiosa. Si bien puede causar enfermedad, muerte o desgracia, también es visto como un guardián de los recursos subterráneos, que deben ser extraídos con respeto y cuidado.

Supay también simboliza lo desconocido y lo invisible, los aspectos del universo que están fuera del control humano. En este sentido, representa las fuerzas naturales que, aunque peligrosas, son esenciales para la existencia. Por ejemplo, los terremotos o las erupciones volcánicas pueden ser vistos como manifestaciones de su poder.

Supay aparece en varios mitos y relatos dentro de las culturas andinas. A continuación, les comparto algunos de los más destacados:

En las comunidades mineras de los Andes, Supay es considerado el señor de las minas y se cree que habita en las profundidades de la tierra. Según este mito, Supay controla los minerales y las riquezas subterráneas, pero también puede causar accidentes y tragedias si no se le respeta adecuadamente.

Los mineros suelen hacerle ofrendas, conocidas como "pagos" o "challas", que incluyen hojas de coca, cigarrillos, alcohol, y otros regalos. Estos rituales se realizan para ganar su favor y asegurar la protección mientras se trabaja en las minas.

En algunos mitos andinos, Supay desempeña un papel en la creación del hombre. Se dice que, después de que Viracocha, formara a los primeros seres humanos, Supay se presentó ante ellos con la intención de llevarse a sus espíritus al Ukhu Pacha. Sin embargo, Viracocha intervino y le dio a Supay el papel de guardián del inframundo, permitiéndole solo reclamar a los muertos.

Otro relato popular proviene del Altiplano boliviano y narra una batalla entre Supay y el dios Huari, una deidad protectora de las culturas aymaras. Según este mito, Supay se enamoró de una mujer humana y trató de seducirla, pero fue rechazado. Furioso Supay le hizo la vida imposible e incluso trato de atacarla.

Huari, al ver el sufrimiento de la mujer, decidió protegerla y enfrentó a Supay en una feroz batalla. Finalmente, Huari derroto a Supay, forzándolo a regresar al inframundo.

En algunos relatos, se cuenta que Supay ayudó a los ayllus en tiempos de crisis. En una de estas historias, un ayllu estaba siendo devastado por una plaga. Desesperados, los líderes del ayllu realizaron un ritual para invocar a Supay.

La deidad respondió ofreciéndose a detener la plaga, pero solo a cambio de que se le permitiera reclamar algunas de sus almas. Los líderes aceptaron, y la plaga fue detenida, pero desde entonces, cada cierto tiempo, Supay volvía a reclamar su tributo y aún hoy en día continúa haciéndolo.

Durante la época colonial, los españoles asociaron a Supay con el Diablo cristiano, uniendo elementos de la mitología andina con el catolicismo para facilitar la evangelización. Esta asimilación hizo que Supay adoptara características más diabólicas en la tradición popular, aunque para los pueblos originarios su rol y naturaleza eran más complejos.