Ilúvatar

Mitología de Ilúvatar

Ilúvatar, es el creador y dios único y absoluto del Universo . El morador de las Palacios Intemporales. Su nombre viene del quenya, a partir de las silabas: ilúve (todo), y atar (padre). Los elfos lo llaman Eru, cuyo significado es "El Único" o "El que está Solo".


Mitología de Ilúvatar

Al principio de los tiempos solo estaba Ilúvatar, entonces creo a los Ainur, seres espirituales originados a partir de su pensamiento. Los instruyó con conocimiento musical y luego les pidió que cantaran para él, esta canción fue conocida como la Ainulindalë o Música de los Ainur.

La Ainulindalë

Cuando los Ainur tocaban su tema, la música rebosó por la morada de Ilúvatar, cayendo en el vació y ya no hubo vacío. Nunca desde entonces hicieron los Ainur una música como ésta, aunque se ha dicho que los coros de los Ainur y los hijos de Ilúvatar harán ante él una música todavía más grande, después del fin de los días.

Entonces los temas de Ilúvatar se tocarán correctamente y tendrán ser en el momento en que aparezcan, pues todos entenderán entonces plenamente la intención del Único para cada una de las partes, y conocerán la comprensión de los demás, e Ilúvatar pondrá en los pensamientos de ellos el fuego secreto.

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Ahora Ilúvatar escuchaba sentado, y durante un largo rato le pareció bien, pues no había fallas en la música. Pero a medida que el tema prosperaba, nació un deseo en el corazón de Melkor, el más grande de los Ainur, sus pensamientos no se acordaban con el tema de Ilúvatar, porque intentaba así acrecentar el poder y la gloria de la parte que le había sido asignada. Melkor entretejió algunos de estos pensamientos en la música, e inmediatamente una discordancia se alzó en torno, y muchos de los que estaban cerca se desalentaron, se les confundió el pensamiento, y la música vaciló, haciendo que algunos empezaron a concertar su música con la de Melkor más que con el pensamiento que habían tenido en un principio. Entonces la discordancia de Melkor se extendió todavía más, pero Ilúvatar continuaba sentado y escuchaba, hasta que pareció que alrededor de su trono había estallado una furiosa tormenta, como de aguas oscuras que batallaran entre sí con una cólera infinita que nunca sería apaciguada.

Entonces Ilúvatar se puso de pie y los Ainur vieron que sonreía; y levantó la mano izquierda y un nuevo tema nació en medio de la tormenta, parecido y sin embargo distinto al anterior, y que cobró fuerzas y tenía una nueva belleza. Pero la discordancia de Melkor se elevó rugiendo y luchó con él, y una vez más hubo una guerra de sonidos más violenta que antes, hasta que muchos de los Ainur se desanimaron y no cantaron más, y Melkor predominó. Otra vez se incorporó entonces Ilúvatar, y los Ainur vieron que estaba serio; e Ilúvatar levantó la mano derecha, y he aquí que un tercer tema brotó de la confusión, y era distinto de los otros.

La música de Melkor era estridente, vana e infinitamente repetida, y poco armónica, e intentó ahogar a la otra música con una voz violenta, pero pareció que la música de Ilúvatar se apoderaba de a1gún modo de las notas más triunfantes y las entretejía en su propia solemne estructura. En medio de esta batalla que sacudía las estancias de Ilúvatar y estremecía unos silencios hasta entonces inmutables, Ilúvatar se puso de pie por tercera vez, y era terrible mirarlo a la cara. Levantó entonces ambas manos y en un acorde más profundo que el abismo, más alto que el firmamento, penetrante como la luz de los ojos de Ilúvatar, la música cesó.

Entonces Ilúvatar habló, y dijo: "Poderosos son los Ainur, y entre ellos el más poderoso es Melkor; pero sepan él y todos los Ainur que yo soy Ilúvatar; os mostraré las cosas que habéis cantado y así veréis qué habéis hecho. Y tú, Melkor, verás que ningún tema puede tocarse que no tenga en mí su fuente más profunda, y que nadie puede alterar la música a mi pesar. Porque aquel que lo intente probará que es sólo mi instrumento para la creación de cosas más maravillosas todavía, que él no ha imaginado".


La creación de Ea

Tras terminar con la canción, Ilúvatar les mostró a los Ainur una visión que él produjo a partir de la música que ellos habían hecho. Los Ainur contemplaron tan maravillados la visión que, una vez apagada, quisieron hacerla realidad. Por ello, Eru le dio ser a las cosas que habían formado parte de la visión, y fue así como creo Ea, "El mundo que es", por medio del poder de la Llama Imperecedera. Luego, Ilúvatar dio a los Ainur una elección, eran libres de bajar al mundo para moldearlo o de quedarse junto a él, pero les fue puesta una condición, de irse, desde entonces y en adelante, los poderes que él les había concedido se limitaran y sujetaran al mundo, por siempre, hasta que el mundo quedase completado, de tal modo que se convertirán en la vida del mundo y el mundo en la vida de ellos. Y por esto mismo los rebautizo como Valar, los Poderes del Mundo.

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Los Ainur que así lo desearon, entraron en , le dieron forma a sus vastas estancias, y luego crearon Arda, el mundo. No obstante, debían seguir los designios de Ilúvatar, pues en un futuro, esta sería el hogar de sus hijos elfos y hombres, en cuya creación no intervino ninguno de los Ainur, sino solamente él.


Intervenciones de Ilúvatar

Aparte de la creación de y el despertar de sus hijos, pocas fueron las intervenciones directas de Ilúvatar en el mundo, que más bien era administrado por los Valar, en particular por Manwe, quien era el único que podía comunicarse directamente con Eru.

Durante la Primera Edad del Sol, Ilúvatar intervino para permitirle al humano Beren regresar a la vida y para cambiar el destino élfico de Lúthien por el destino mortal de los hombres.

En la Segunda Edad del Sol, Ilúvatar interviene en favor de los Valar para destruir la flota del rey Ar-Pharazôn, pues este la construyo con el fin de conquistar Valinor. También hundió la isla de Númenor y le dio forma redonda a Arda, sacando a las Tierras Imperecederas fuera de los círculos del mundo.

Eru ya no participara en el porvenir del mundo, hasta que llegue la última batalla, la Dagor Dagorath, y el día del juicio, cuando Ilúvatar disponga que se lleve a cabo una nueva Gran Música, en la cual participarán no solo los Ainur, sino también los hombres.


Inspiración

Tolkien no consideraba a Ilúvatar como una deidad inventada, si no como una representación mítica, pero no alegórica, del Dios cristiano. De ahí la multitud de similitudes que hay con su historia de la creación y con los Ainur como seres similares a ángeles.

Poderes

Al estar basado en el dios Abrahamico, Iluvatar es una deidad con innumerables poderes. Posee dominio absoluto de la materia, rige sobre toda la existencia y lo que esta fuera de ella, puede crear e infundir vida a seres de inmenso poder solo con su pensamiento. Es omnisciente, omnipresente y omnipotente.



Anu

Dios Sumerio del Cielo.

Viracocha

Dios Inca de la Creación.

Brahma

Dios Hindú de la Creación.