Mitología
Ulmo se mantenía solo y rara vez se reunía con sus iguales, pues no tenía ningún palacio u hogar en Valinor,
ya que prefería las profundidades de los mares y los ríos por encima de cualquier lugar en tierra firme.
Ama tanto a los Elfos como a los Hombres y nunca los abandona, ni aun cuando soportan la ira de los Valar.
A veces llega invisible a las costas de la Tierra Media o sube tierra adentro por los brazos del mar,
y ahí hace música con los grandes cuernos, los Ulumúri, de conchas blancas labradas,
y aquellos a quienes llega esa música, la escuchan desde entonces y para siempre en el corazón,
y la nostalgia del mar ya nunca los abandona.
Ulmo habla sobre todo a los que moran en la Tierra Media con voces que se solo se oyen con música del agua.
Porque todos los mares, los ríos y las fuentes le están sometidos; de modo que los Elfos dicen que el espíritu de Ulmo
corre por todas las venas del mundo. Así le llegan a Ulmo las nuevas, aun en las profundidades abisales,
de todas las necesidades y los dolores de Arda, que de otro modo permanecerían ocultos para Manwë.