Por supuesto, que esto causo la furia de Wakon, quien estaba decidido a enfrentar a su hermano.
Para su desgracia, Pachacámac lo derroto y lo exilió al Kay Pacha, el mundo terrenal.
Sin embargo, esto no fue suficiente para parar a Wakon, quien descargó toda su cólera en la Tierra.
Sequías, inundaciones, hambruna y muerte eran solo algunos de los tantos estragos que Wakon desencadenó en el mundo.
Incapaz de permitir las acciones de su hermano, Pachacámac descendió del Hanan Pacha y enfrento una segunda vez a su hermano.
En cada golpe, la Tierra temblaba terriblemente. Wakon enfrentó a su hermano, esta vez, con total intención de matarlo.
Sin embargo, sería vencido nuevamente por Pachacámac, restableciendo así, el orden en el mundo.
Entonces, Pachacámac y Pachamama reinaron en la Tierra junto a sus dos hijos, como seres mortales;
Mientras el vencido Wakon fue nuevamente exiliado y condenado a vivir en las sombras de las cuevas de las montañas más lejanas,
con la advertencia de no volver jamás.
Lamentablemente su felicidad duro poco, pues Pachacámac cayó por accidente al mar de Lurín,
muriendo ahogado y convirtiéndose en una isla.
Pachacámac, era la flama que otorgaba la luz al mundo, y ahora se había extinguido, por lo que el mundo quedó inmerso en las tinieblas.
Tras la muerte de Pachacámac, ocurrieron diversos eventos que, sin saberlo, llevaron a Pachamama y sus hijos a el escondite de Wakon.
Dentro de su cueva, Pachamama y sus hijos se calentaron con el fuego de su hoguera.
Cuando Wakon se percató de quienes eran, ideó un plan para realizar su venganza. Wakon envió a los Willkas a llenar con agua un
cántaro que tenía una grieta casi imperceptible; Por lo que tardarían en darse cuenta de que dicho recipiente jamás podría llenarse.
Durante su ausencia, Wakon intento seducir a su madre, pero al no lograrlo, decidió acabar con la diosa, a quien dividió en partes para devorarla.
Tras la barbarie, Pachamama se transformó en la actual cordillera conocida como La Viuda.
Cuando por fin regresaron, los Willkas buscaron extrañados a su madre, pero Wakon les dijo que no tardaría en regresar;
No obstante, el tiempo transcurría y la diosa madre no se hacía presente.
Ante el sufrimiento de los niños, los animales advirtieron a estos del peligro que representaba Wakon.
Asimismo, los ayudaron a derrotar al temible dios engañándolo para que este cayera en un profundo abismo.
Cuando esto pasó, violentos terremotos azotaron la Tierra.
Los niños agradecieron a los animales y luego tuvieron que seguir sin sus padres.
Mientras ambos hermanos se hallaban recogiendo papas, encontraron una planta de oca con forma de muñeca.
Los niños, contentos con el descubrimiento, comenzaron a jugar con ella hasta que se partió en pedazos.
La pérdida del juguete hizo que los niños lloraran hasta quedarse dormidos.
Mientras dormían, la niña tuvo un sueño que no comprendía.
En su sueño, ella arrojaba su sombrero al aire; pero este no regresaba, sino que permanecía suspendido en el aire.
Al despertar, la niña le contó a su hermano el sueño que había tenido, pero ninguno comprendió su significado.
Confundidos y sin saber qué hacer, se quedaron sentados en el campo.
Mientras meditaban acerca del significado del sueño, vieron descolgarse del cielo dos sogas de oro y decidieron treparlas para ver hacia donde llevaban.
Increíblemente subieron hasta llegar al Hanan Pacha, donde fueron recibidos por su padre.
Pachacámac recompensó la valentía de sus hijos otorgándoles un lugar privilegiado en su reino.
Siendo así como los Willkas se transformaron en cuerpos celestes.
El niño se transformó en Inti, el Sol; y la niña, en Quilla, la Luna.
Así la época de oscuridad en la Tierra llegó a su fin.
Pachacámac también premió la lealtad de Pachamama, a quien le otorgo el don de la fecundidad
y los animales que ayudaron a sus hijos a derrotar al abominable Wakon fueron dotados con grandes dones.