Muerte
Cansado del monstruo, Creonte, quien en ese momento era rey de Tebas, acudió a un oráculo por ayuda,
el oráculo le revelo que si alguien era capaz de resolver uno de sus enigmas la Esfinge se iría para siempre;
pero si no lo lograban, acabaría con todo aquel que fallase y seguiría destruyendo su reino.
Desde entonces varios intentaron resolver el enigma, pero todos fallaron, sufriendo un destino cruel, entre ellos el hijo del rey,
por ello, este hizo una proclama a toda Grecia:
Entregaría su reino y a su hermana Yocasta en matrimonio, a quien resolviera el enigma de la Esfinge.
Muchos acudieron a Tebas buscando la recompensa, pero nadie la consiguió. Solo Edipo, el hijo perdido de Layo y Yocasta,
logro descifrarlo.