El Avatar Narasimha

Narasimha cuarto Avatar de Vishnu

Narasimha es la cuarta encarnación del dios Vishnu, es el avatar mitad hombre y mitad león, forma que el dios adopto para librar al mundo de la tiranía de Jirania Kashipú. Su historia es contada en los Puranas, es uno de los avatares más adorados y populares del hinduismo.

La historia de Narasimha es contada en los textos del Bhagavata-purana: Luego de que el dios Vishnu descendiera a la tierra como Varaja, su tercer avatar con forma de jabalí, mato al demonio Ráksasa, también conocido como Jirania Akshá, lamentablemente, su hermano Jirania Kashipú, no aprendió la lección, sino todo lo contrario, pues tras la muerte de su hermano guardo una enorme furia y rencor contra Vishnu y sus seguidores, sin embargo, sabía que sus fuerzas no serían suficientes para retar al poderoso dios, así que, se dio a la tarea de obtener distintos poderes místicos, pues sabía que si practicaba austeridades y penitencias, podría obtener del dios Brahma cualquier poder que el deseara. El demonio adopto una postura sobre las puntas de sus pies y la mantuvo por miles de años, su acto generó una cantidad tan descomunal de siddhis (poderes, habilidades y logros materiales, paranormales, sobrenaturales o mágicos que son producto del avance yóguico como la meditación y el yoga) que la temperatura de todo el universo empezó a elevarse. Debido a la alteración, los devas fueron a quejarse con Brahma, así que este descendió sobre el mundo y muy complacido le dijo a Jirania Kashipú que pidiera lo que quisiera y él mismo se encargaría de volverlo realidad.

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Jirania Kashipú dijo a Brahma: "¡Ho, mi señor!, ¡Ho, el mejor de entre todos quienes conceden bendiciones!, si usted fuera tan amable de darme su bendición, yo deseo que, por favor no permita que yo sea asesinado por ninguna criatura que forme parte de su creación, permita que yo no muera ni dentro ni fuera de una residencia, de día o de noche, en el suelo, en el agua o en el aire, que no muera por un arma, un ser humano o un animal, por nada que este vivo o muerto, por ningún deva o demonio. Como usted no puede ser vencido en batalla, usted no tiene competidor alguno, por eso permita que yo tampoco tenga rivales, concédame el señorío sobre todas las criaturas y sus deidades, y toda la gloria que conlleva esa posición, además deme todos los poderes místicos que se pueden obtener con largas austeridades y la práctica del yoga".

Mientras el demonio se encontraba practicando sus austeridades en la montaña Mandara Achala, el dios Indra y otros devas atacaron su palacio, destruyéndolo y llevándose a Kaiadu, su esposa embarazada, para matarla, no obstante el sabio Nárada salvo a la mujer, la llevo con el y la instruyo espiritualmente, pero todas estas instrucciones también serían escuchadas por Prajlada, el hijo aun no nacido que llevaba en su vientre. Cuando el rey demonio regreso de practicar sus austeridades, Prajlada nació y fue el orgullo de su padre, por desgracia, cuando el pequeño creció, empezó a manifestar síntomas de las enseñanzas de Nárada, lo que enfureció a su padre.

Jirania Kashipú no pudo soportar que soportar la devoción que su hijo profesaba a Vishnu, su enemigo mortal, así que decidió darle muerte, pero cada vez que enviaba a matarlo, el niño de tan solo cinco años era protegido por Vishnu. Finalmente, Prajlada se negó a considerar a su padre como el amo del universo y además le dijo que Vishnu era omnipotente y omnipresente. Furioso, el demonio le pidió voltear la vista a una columna cercana de su palacio y preguntó a su hijo si su dios estaba ahí, el rey demonio exclamo: "¡Ho mi desafortunado Prajlada!, pasas tu tiempo hablando de un ser supremo distinto a mí, que está por encima de todo, que controla todo y a todos y que además es omnipotente, pero ¿dónde está tu dios?, si está en todas partes, ¿por qué no lo veo presente ante mí en esta columna?".

Prajlada respondió a su padre con emotividad: "Él estuvo, está y estará, está dentro de las columnas y está en la más pequeña brizna de hierba", incapaz de controlar su ira, el demonio destruyó una de las columnas del palacio con su maza, de inmediato tras la nube de escombros se escuchó un rugido terrible y atemorizante, cuando el humo se disipo, Jirania vio ante sí a su enemigo mortal, Vishnu, quien había descendido a la tierra para acabar con él. Gracias a la bendición de Brahma, matar al demonio no era tarea fácil, pues el favor que se le otorgo lo hacía parecer invulnerable, pero para ello, el dios tomo su forma eterna como Narasimha, que no era una criatura creada por Brahma.

El avatar del dios era mitad hombre y mitad león, así que no era ni hombre ni bestia. No era una criatura viva o muerta, ni un deva o demonio, si no dios mismo. Narasimha arrastro al demonio hasta el umbral del patio, así no lo mataría ni dentro ni fuera de una residencia. No era ni de día ni de noche, sino el atardecer. Lo coloco sobre su regazo para que no muriera en el piso, ni en el agua ni en el aire. clavo sus enormes garras en el estómago del rey y lo abrió en dos, le sacó los intestinos y se los coloco como guirnaldas, dando muerte al demonio, que no murió por un arma, sino por las garras del dios, que no estaban vivas ni muertas.

En el Kurma-purana se cuenta la batalla que Narasimha sostuvo con las fuerzas demoníacas tras la muerte del rey demonio, se describe que el avatar tuvo que retirarse para no ser herido con la poderosa arma pashupata, pero volvería para dar muerte a los hermanos de Prajlada y a miles de demonios, quienes eran liderados por Anujrada, después de la matanza, ninguno de los devas podía acercarse para calmar la ira de Narasimha, ni siquiera Shiva, así que los dioses y diosas pidieron a Laksmí, consorte de Vishnu, que lo intentara, pero ella tampoco fue capaz de acercarse, entonces Brahma pidió a Prajlada ponerse delante del hombre león, quien lo tomo en su regazo y se calmó con la ayuda de su devoto. Antes de marcharse para siempre, Narasimha recompenso a Prajlada y lo coronó como rey.

Al ser un avatar de Vishnu, la adoración a este dios debe llevarse a cabo en un nivel mucho más alto que el que corresponde a otras deidades, en muchos templos solo se les permite acercarse al altar a devotos con muchos años de celibato. Entre sus devotos existe la creencia de que quienes adoran fervientemente a Narasimha no pueden sufrir daño alguno, siempre están libres de enfermedades, no se rompen los huesos ni sufren accidentes, pues el dios los protege en todo momento.

Este avatar es descrito como un hombre enorme y sumamente musculoso, pero con la cabeza de un león, largas garras afiladas, de piel azul o roja, en ocasiones se le representa con pelaje dorado o grisáceo y de dos a doce brazos, se le suele ver luchando con demonios, destripando a Jirania Kashipú o meditando con Prajlada sobre su regazo, también se le suele representar con la serpiente Ananta Shesha a sus espaldas y portando diversas armas divinas, como una maza dorada y un sudarshaná chakrá.

Narasimha posee una fuerza descomunal, es capaz de destrozar dioses y demonios con sus garras para después devorarlos, su rugido causa terror en los corazones de cualquiera. Cuando se desata su furia solo los rezos de sus devotos pueden calmarlo, pues ni los devas se atreven a acercarse al hombre león, por si fuera poco, al ser un avatar de Vishnu, este puede utilizar sus poderosas armas, como lo es su maza de oro, que utiliza para aplastar demonios y el sudarshaná chakrá para degollar a las fuerzas del mal.

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