En la mitología nórdica, Vili y Vé son dos dioses hermanos de Odín y, junto a él, forman un trío importante en la creación del mundo. Los tres son hijos de Borr y Bestla, y desempeñan papeles cruciales en los mitos cosmogónicos. El nombre de Vili suele interpretarse como "voluntad" o "deseo", mientras que, Vé significa "santuario" o "sagrado".
Aunque Vili y Vé aparecen en los mitos fundacionales, su presencia en otros relatos es escasa. Odín se convirtió en la figura dominante en el panteón nórdico, y los roles de Vili y Vé quedaron en gran medida relegados.
Sin embargo, existen teorías que sugieren que los tres hermanos podrían haber representado aspectos diferentes de una tríada divina o que Vili y Vé eran deidades más prominentes en una fase temprana de la mitología nórdica, antes de la consolidación del culto a Odín.
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El mito de la creación en la mitología nórdica, que involucra a Odín, Vili y Vé, es uno de los relatos más fascinantes. Los tres hermanos desempeñaron un papel central en la creación del mundo y de la humanidad.
Cuando el calor de Muspelheim derritió el hielo de Niflheim, surgió el gigante primigenio Ymir, junto con la vaca primordial Audhumla. Mientras vagaban, Audhumla se alimentaba del hielo de Niflheim, hasta que, un día, mientras lamia, descubrió una figura encerrada en el hielo, la vaca continuo hasta que termino liberando a Buri, el primero de los dioses.
Por otra parte, los gigantes comenzaron a nacer del sudor de Ymir y ambas razas comenzaron a coexistir, sin embargo, mientras que de Buri solo había descendido Borr, los gigantes habían proliferado rápidamente. Los dioses descendientes de Borr, Odín, Vili y Vé, vieron en el gigante primordial una amenaza y decidieron eliminarlo.
Aunque los textos no especifican detalles del papel individual de Vili y Vé, o de la batalla en sí, se sabe que los tres compartieron la responsabilidad de esta acción fundacional. Así la colaboración de los tres hermanos refleja la idea de una tríada de fuerzas divinas necesarias para instaurar el orden a partir del caos.
Después de matar a Ymir, los dioses moldearon el cosmos a partir de su cuerpo: La carne de Ymir formó la tierra. La sangre se convirtió en los océanos, ríos y lagos. Los huesos formaron las montañas. Los dientes y fragmentos de su mandíbula se convirtieron en piedras y guijarros. El cráneo se levantó para formar el cielo, sostenido por cuatro enanos: Norðri (norte), Suðri (sur), Austri (este) y Vestri (oeste). Por último, el cerebro de Ymir fue arrojado al cielo y se transformó en nubes.
Después de moldear la tierra, los océanos y el cielo con el cuerpo de Ymir, los tres hermanos se percataron de que el nuevo mundo necesitaba luz. Así, tomaron las chispas y brasas que aún viajaban por el vacío desde Muspelheim, lanzadas durante la confrontación inicial de los reinos primordiales.
Una chispa brillante y ardiente se convirtió en el Sol, que fue colocado en un carruaje para viajar por el cielo. Otra chispa más tenue fue transformada en la Luna, encargada de iluminar la noche. Y los fragmentos menores de chispas fueron diseminados para formar las estrellas, decorando el firmamento.
Una vez que el mundo estaba formado, los tres hermanos volvieron a actuar juntos para crear a los primeros humanos. Según la Edda Prosaica, los hermanos viajaron a Midgard, el mundo que habían creado les pareció hermoso, pero se percataron que estaba muy quieto y vació.
Mientras contemplaban el silencio, se encontraron con dos troncos flotando en el agua, un fresno y un olmo. Con el fresno los dioses tallaron un hombre y lo llamaron Ask, y con el olmo tallaron una mujer, a la que bautizaron Embla.
Enseguida Odín les infundio vida con su aliento, pero eran torpes dispersos, por eso Vili les dio el entendimiento, la voluntad y la mente consciente, y, por último, Vé les otorgó los sentidos, el habla y la habilidad de moverse, para que pudieran sobrevivir y prosperar.
Aquí, Vili y Vé se destacan como fuerzas complementarias a Odín: Vili representa la capacidad de pensar, desear y elegir, lo cual es esencial para la humanidad como seres racionales. Y Vé simboliza la conexión con el mundo material y sensorial, dando a los humanos la capacidad de interactuar y construir en el entorno que los rodea.
La relación entre Odín, Vili y Vé a menudo se interpreta como una tríada simbólica. Cada uno podría representar un aspecto de la experiencia humana o divina: Odín es el espíritu y creatividad. Mientras que, Vili es la voluntad y el pensamiento. Y Vé representa la conexión física y sagrada.
Tras la creación, Vili y Vé desaparecen casi por completo de los relatos nórdicos. A partir de entonces solo aparecen en unas pocas menciones, siendo la más prominente el mito en el que, Odín desaparece durante largo tiempo, lo que lleva a sus hermanos Vili y Ve, a tomar posesión de sus pertenencias y títulos, incluida su esposa Frigg.
Sin embargo, Odín regresa antes de que Vili y Vé pudieran decidir quien se quedaba con Frigg. Aunque, algunas versiones afirman que ambos llegaron a unirse a la diosa.