Vacas en los Mitos

Vacas Mitológicas

Dentro de las mitologías de las diferentes culturas, diversos animales fueron elevados a un estatus sagrado e incluso divino debido a su majestuosidad, fuerza, belleza o demás. Debido a su enorme fortaleza y sobre todo a sus cualidades dóciles y para brindar alimento, las vacas han sido incluidas en las culturas como criaturas mitológicas e incluso en nuestros días muchos aún las consideran divinas.

Los griegos sabían apreciar la fuerza, majestuosidad y belleza de los toros. Cuenta la leyenda, que Zeus, prendado de Europa, se transformó en un toro blanco. Mientras Europa recogía flores cerca de la playa, vio al toro y acarició su costado, al notar que era manso, se montó en él, entonces Zeus aprovechó la oportunidad, corrió al mar y nadó hasta la isla de Creta llevando a Europa en el lomo.

Ya en Creta, Zeus reveló su verdadera identidad, y Europa se convirtió en la primera reina de la isla. Más tarde Zeus recreó la forma del toro blanco en las estrellas, Creando la que actualmente se conoce como la constelación de Tauro.

Se dice que fue este mismo toro al que Poseidón hizo surgir de los mares un hermoso Toro para que el rey Minos se lo ofreciera en sacrificio, sin embargo, le pareció tan bello que lo quiso guardar para sí, el animal era un toro blanco, tan majestuoso como hermoso, conocido como el Toro de Creta, aquel que más adelante Heracles tuvo que capturar en su séptimo trabajo.

Fue debido a su belleza que Minos intento engañar a Poseidón ofreciéndole otro Toro, obviamente el dios se percato del engaño, así que castigo a Minos haciendo que su mujer se enamorara de la bestia, con este sentimiento incontrolable, la mujer termino yaciendo con el Toro.

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Como resultado de la aberrante unión entre el Toro de Creta y la esposa de Minos nació el Minotauro, un ser con cuerpo de hombre y cabeza de toro, con una fuerza enorme, pero de inteligencia limitada, el monstruo fue rechazado por Minos, pero no quiso eliminarlo, pues temía la ira de los dioses, sin embargo, el animal solo comía carne humana y a medida que crecía se volvía más difícil de controlar.

Para contenerlo, Dedalo construyó el laberinto de Creta, donde cada cierto tiempo se enviaba a jóvenes atenienses como ofrenda para la bestia, hasta que el héroe Teseo acudió al laberinto y elimino a la bestia para salvar su vida y la de sus compatriotas.

Para terminar con los griegos vamos a ver al Ofiotauro, un ser monstruoso con cuerpo de toro negro y cola de serpiente. Una antigua profecía, tan antigua como los dioses de la tierra, decía que quien quemara las entrañas de esta criatura tendría el poder para derrotar a los dioses eternos.

Durante la Titanomaquia, el titan Egeón intento eliminar a la bestia para cumplir la profecía a su favor, el gigante logro encontrar al toro y utilizando un hacha acabo con la fiera. No obstante, y para su pesar, Zeus ya había previsto sus acciones, así que había enviado a un águila a recuperar las entrañas antes de que pudieran ser quemadas y la profecía se cumpliera.

En la cultura nórdica, las vacas eran muy apreciadas, tanto que una de ellas fue colocada en su cosmogonía como uno de los seres primordiales y cuya leche sirvió para alimentar al primero de los gigantes, con quien en soledad vago por largo tiempo en el frio de Niflheim, esta era conocida como Audumbla, la vaca cósmica, quien también liberaría del hielo primordial a Buri, el primero de los dioses, padre de Bor y abuelo de Odín.

Los antiguos egipcios son conocidos por adorar a dioses con aspectos animales y las vacas no son la excepción. Hathor es la diosa de la fertilidad, la belleza, la danza y el amor. A esta diosa se le representa como una joven mujer sumamente hermosa, sobre su cabeza posa una enorme corona dorada, adornada con dos largos cuernos y un disco solar en el medio, no obstante, también se le solía mostrar como una vaca sagrada.

Se dice que esta diosa era hija de Ra y a su vez su ojo derecho. Cuando estaba tranquila, Hathor era amable y ayudaba a los mortales con natalidad y fertilidad, además de curaciones, pero cuando se enfurecía se transformaba en Sekhmet, la diosa leona, quien desataba su ira sobre la humanidad.

También estaba Apis el toro sagrado y miembro de la corte de los dioses del antiguo Egipto. Se le consideraba el heraldo de Ptah, el señor de la magia y patrono de los artesanos. Era representado como toro u hombre con cabeza de toro, con el disco solar sobre su cabeza.

Creo que ningún lugar adora más a las vacas que la India. El hinduismo considera sagrados a estos animales, siendo quizás la más sagrada sea Surabhi, también conocida como Kamadhenu, una vaca mágica y fabulosa, la vaca de la abundancia, fuente perpetua de leche y mantequilla, proveedora de todas las necesidades.

Se dice que esta apareció en la tierra como uno de los tesoros preciosos que surgieron tras agitar el océano de leche, los dioses la presentaron a los sapta-rishis, los siete sabios, y ella se convirtió en propiedad del sabio Vásishtha, más adelante se le entrego al sabio Yamadagní tras años de penitencia.

Este hombre era padre de nada más y nada menos que Parashurama, el sexto avatar de Vishnu. Durante la ausencia del sabio, la vaca fue robada por el rey Kartaviria Áryuna, desatando la furia de Parashurama, quien hizo la guerra al rey para recuperar a la vaca y a su cría. Esta vaca era capaz de otorgar cualquier deseo material a cualquiera que lo pidiera con sinceridad.