Guerras Divinas (Mitología)

Guerras en la Mitología

Vamos a explorar las guerras y batallas más épicas y gloriosas que moldearon los cielos y la tierra. Vamos a ir desde oriente, pasando por los panteones de la antigua Grecia y los belicosos dioses nórdicos, hasta llegar a las culturas de América, pues cada cultura tiene sus propios relatos de conflictos celestiales que definieron el destino del mundo y de los hombres.



Video de las Guerras Divinas

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Guerras de la Mitología Celta


Primera Batalla de Mag Tuired

Comenzamos este viaje en Irlanda. La Primera batalla de Mag Tuired es un evento legendario en la mitología irlandesa. La batalla se libró entre dos grupos, los Tuatha Dé Danann y los Fir Bolg. Los Tuatha Dé Danann deseaban establecerse en Irlanda, pero los Fir Bolg, que gobernaban la isla, no estaban dispuestos a ceder su territorio sin luchar.

Guerras de la mitología celta

Para evitar el conflicto, los Tuatha Dé Danann inicialmente ofrecieron compartir la tierra con los Fir Bolg, pero estos se negaron, lo que llevó inevitablemente a la guerra. La batalla se libró en la llanura de Mag Tuired. Se dice que la lucha fue feroz y duró varios días, con grandes pérdidas en ambos bandos. En esta batalla Sreng, el campeón de los Fir Bolg, se enfrentó a Nuada, el rey de los Tuatha Dé Danann.

En el combate, Nuada perdió su brazo, y con él su título. Aengaba, intentaría vengar a Nuada, enfrentándose a Sreng, pero este lo hirió de muerte. Los Fir Bolg habían demostrado ser guerreros valientes, pero los Tuatha Dé Danann, con su habilidad en la magia y su conocimiento superior, finalmente lograron tomar la delantera.

En un acto de desesperación, Sreng reto a Nuada a un combate singular, el Tuatha De acepto el desafío, lucharía una vez más, siempre y cuando Sreng luchara con un brazo atado para estar en igualdad de condiciones, pero el campeón de los Fir bolg se negó, de modo que tuvo que aceptar la derrota de su pueblo.

Después de la batalla, los Tuatha Dé Danann se convirtieron en los gobernantes de Irlanda. Pero no duraría por mucho.


Segunda Batalla de Mag Tuired

Luego de que los Tuatha Dé Danann vencieron a los Fir Bolg, su poder fue desafiado por los Fomorianos. Bajo el liderazgo de Bres, un rey de sangre mixta los Tuatha Dé Danann fueron oprimidos y forzados a pagar tributos a los Fomorianos.

Guerras de los dioses celtas

Artos, los dioses aprovecharon la llegada del dios Lugh a sus filas para revelarse. El brazo de Nuada fue restituido y así comando a su divino pueblo contra los dioses de la muerte. Este enfrentamiento entre las fuerzas del caos y el orden es conocido como la Segunda Batalla de Mag Tuired.

La guerra se libró con gran ferocidad. Los Tuatha Dé Danann y los Fomorianos desplegaron sus mejores guerreros y sus armas más poderosas. En el combate, los dioses y los héroes de ambos lados lucharon con todas sus fuerzas. La batalla fue caótica, con magia y fuerza bruta en juego.

El poderoso dios Ogma logro vencer al rey Tethra y enseguida se enfrentó a Indech, cayendo ambos en la batalla.

Desgraciadamente, Nuada murió ante la mirada mortal de Balor, quien lideraba las fuerzas oscuras. Pero el clímax de la batalla llego cuando Lugh logró derrotarlo al lanzarle una piedra con su poderosa honda, conocida como Cloich Tabaill, perforando su ojo y causando que el propio poder de Balor destruyera a su ejército.

Con los Fomorianos derrotados, los Tuatha Dé Danann aseguraron su dominio sobre Irlanda, estableciendo una era de paz y prosperidad.


Guerras de la Mitología Nórdica


Aesir vs Vanir

Todos conocemos la fama guerrera de los dioses vikingos. El primer gran conflicto que estremeció los reinos de Yggdrasil fue la guerra entre dos de las facciones de dioses los Aesir y los Vanir. Según la leyenda los Vanir estaban hartos de la actitud arrogante y dominante de los Aesir, quienes iban por donde quiera causando conflictos y conquistando tierras.

Guerras de los dioses nórdicos

En respuesta, los Vanir enviaron a una diosa llamada Gullveig a intentar cambiar la actitud de los Asgardianos, pero en su lugar, los salvajes dioses la quemaron tres veces. Aunque Gullveig resucito cada vez, este acto de agresión llevó a los Vanir a declarar la guerra. El conflicto fue largo y destructivo, con ambos bandos luchando ferozmente. Sin embargo, los detalles de las batallas se perdieron en el tiempo.

La guerra fue tan devastadora que ambos grupos se dieron cuenta de que ninguno podía ganar sin grandes pérdidas, lo que los llevó a buscar una solución pacífica. Lo que culmino con el concilio que dio origen a Kvasir. Después de la guerra, los Aesir y los Vanir coexistieron en paz, y sus poderes se combinaron, fortaleciendo la estructura de los dioses en la mitología nórdica.


Guerras de la Mitología Griega


Titanomaquia

Hace eones, una devastadora guerra por el dominio del mundo estremeció los cielos y la tierra. Dos fuerzas se enfrentaron por el dominio del cosmos, ambos buscaban ejercer su gobierno sobre la tierra y predominar sobre las otras deidades. Titanes y dioses se enfrentaron en una guerra que sería conocida como la Titanomaquia.

Guerras de los dioses griegos

La guerra comenzó cuando Zeus decidió rebelarse contra su padre, Cronos, quien había derrocado a su propio padre, Urano, y había devorado a sus hijos por temor correr el mismo destino de su padre. Zeus, quien fue salvado por su madre Rea, liberó a sus hermanos Hades, Poseidón, Hestia, Hera y Deméter. Juntos planearon derrocar a Crono y a los otros Titanes.

Esta guerra divina dividió a las deidades en dos bandos, que tomaron sede cada uno en uno de los grandes montes: Los Titanes: Liderados por Crono, incluían a otros Titanes como Hiperión, Ceo, Crío, Japeto y Atlas. Y tomaron como su sede el monte Otris. Mientras que los Olímpicos: Liderados por Zeus, contaba con la ayuda de sus hermanos. Y tomaron como su base el monte Olimpo.

Las batallas iniciales fueron extremadamente violentas y devastadoras, con ambos bandos mostrando gran fuerza y poder. Los Titanes, siendo más antiguos y poderosos, tenían la ventaja al principio, pero los Olímpicos no se quedaron atrás.

Con una guerra igualada Zeus busco la manera de inclinar la balanza para los dioses, viajo al Tartaro, derroto a Campe, su guardián y pacto con los aliados más poderosos que podía encontrar, Ciclopes y Hecatónquiros, gigantescos hermanos de los Titanes. Resentidos por haber sido abandonados en la oscuridad.

Los Ciclopes les forjaron armas y los Hecatónquiros lucharon lado a lado con los dioses, cambiando el curso de la guerra. La batalla final fue la más feroz. Los cielos retumbaban con los rayos de Zeus, la tierra temblaba bajo los golpes de los Titanes, y el mar se agitaba con la furia de Poseidón. Hades usó su casco de invisibilidad para moverse sigilosamente y atacar a los Titanes, desestabilizando sus defensas.

Finalmente, los dioses del Olimpo lograron derrotar a los Titanes, quienes fueron encerrados en el Tartaro, excepto Atlas, que por su fiereza en combate recibió un castigo especial. Con la victoria, los dioses olímpicos se establecieron como los gobernantes del cosmos. Zeus se convirtió en el rey de los dioses y repartió el dominio del universo entre sus hermanos.


Gigantomaquia

Los Titanes habían sido derrocados y los dioses tomaron su lugar, pero ¿Cómo iba su madre a permitirlo? Ella misma había intervenido para salvarlos y ahora estaban nuevamente cautivos. Con la sangre derramada por Urano, Gea creo a los gigantes y los instigo contra los dioses dando origen a la Gigantomaquia.

Guerras de la mitología griega

Una profecía indicaba que los Gigantes solo podrían ser derrotados si un mortal ayudaba a los dioses, pues habían sido bendecidos por su madre, quien les otorgo diversas ventajas para superar a los dioses. Por esta razón, Zeus llamó a Heracles, para que los acompañara en la batalla.

Para llegar al Olimpo, los Gigantes apilaron montañas una sobre otra, entonces atacaron guiados de su más fuerte representante, Alcyoneus, quien era invulnerable mientras permaneciera en la tierra donde había nacido. Porfirión, el líder de los Gigantes, intentó atacar a Hera, pero Zeus lo fulminó con un rayo antes de que pudiera lograrlo. Atenea aplastó al gigante Encelado con la isla de Sicilia. Heracles y Apolo, trabajaron juntos para derrotar a Efialtes, con Apolo disparando una flecha en su ojo derecho y Heracles en su ojo izquierdo. Alcyoneus fue arrastrado por Heracles fuera de su tierra natal y luego lo venció con sus manos.

Finalmente, con la ayuda de los rayos de Zeus, las flechas de Apolo, la lanza de Atenea y la fuerza de Heracles, los dioses lograron vencer a los Gigantes. Esta victoria aseguró la supremacía de los dioses del Olimpo sobre todos los seres. Y paso mucho tiempo para que su dominio volviera a ser perturbado.


Guerras de la Mitología Abrahamica


Rebelión de los Ángeles

Las religiones abrahámicas narran una de las mayores historias de traición y desgracia. Según la tradición, Lucifer era uno de los ángeles más hermosos y poderosos en el cielo. Su nombre significaba "portador de luz" o "estrella de la mañana". Era el más amado por Dios, pues lo veía como un faro que guiaba a los demás ángeles. Sin embargo, sería su misma belleza y poder lo que lo llenaría de orgullo. Sentimiento que lo hizo desear ser igual a Dios y a rebelarse contra su padre.

Guerras de los angeles

Con susurros logro convencer de lo mismo a un grupo especial de ángeles y con ellos atrajo a un tercio de los cielos para que se unieran a él en su rebelión. Este acto de desobediencia y desafío fue visto como una traición imperdonable. Hubo una gran batalla en el cielo entre los ángeles leales a Dios, liderados por el arcángel Miguel, y los ángeles rebeldes liderados por Lucifer.

Con la bendición de Dios, Miguel fue elevado a regente de los ejércitos celestiales y como el campeón de Dios recibió un poder que lo coloco en el pináculo de cielos, con ello, ni la “Estrella del Alba” fue capaz de hacerle frente.

Miguel derroto a Lucifer y, junto a él, sus ángeles rebeldes fueron arrojados a la tierra. Desterrados del cielo y privados de la gracia de su padre.


Castigo de los Vigilantes y Nephilim

Los Ángeles Vigilantes eran un grupo de ángeles que fueron enviados por Dios para observar y vigilar la Tierra. Sin embargo, estos ángeles se corrompieron. Descendieron a la Tierra, tomaron esposas humanas y engendraron una raza de gigantes conocida como los Nephilim. Además, estos ángeles enseñaron a los humanos conocimientos prohibidos, como el uso de armas, la hechicería y la astrología.

Rebeliones de los ángeles

Los Nephilim sometieron a la humanidad, los esclavizaron y se aprovecharon de ellos. El mundo estaba corrupto y debía ser devuelto a la humanidad. Dios ordenó que los Vigilantes fueran encadenados y encarcelados en el abismo. Para ello, hizo descender a Miguel a la tierra junto a un ejército de ángeles. La ira del Señor cayó sobre los vigilantes y sus hijos.

Los Nephilim fueron exterminados, a pesar de su gran poder, no eran rivales para el ejército de los cielos y sus espíritus fueron atados a la tierra. Mientras que, los vigilantes terminaron encadenados en el abismo. Sus lideres como Semyazza y Azazel, por sus crímenes, recibieron un castigo ejemplar. Y todos esperaran en las sombras hasta el día del juicio final.


Guerras de la Mitología Hindú


La Venganza de Parashurama

Durante la era del Tretá Yuga tuvo lugar una de las campañas más violentas de la historia y fue llevada a cabo por un solo hombre: Parashurama, el sexto avatar del dios Vishnu, movido por el robo de su vaca divina Kamadhenu, hizo la guerra a los Kshatriyas, la casta más poderosa de todas, conformada solo por guerreros.

guerras de la mitología hindú

Parashurama acudió al reino de Avanti y ahí confronto a su rey Kartaviria Áryuna, un guerrero bendecido innumerables veces, pero aún con eso Parashurama lo venció luego de eliminar a todas sus huestes y cortarle sus mil brazos. Aunque Parashurama derrotó al rey, los hijos de Kartavirya Arjuna buscaron venganza. Atacaron su ashram mientras Parashurama estaba ausente y asesinaron a su padre Jamadagni.

Cuando Parashurama regresó y encontró a su padre muerto, lleno de ira, juró exterminar a toda la casta Kshatriya. Según la leyenda, elimino a cada generación de Kshatriyas siguiente, llevó a cabo el exterminio de veintiuna generaciones de guerreros y reyes.

Fue tanta la sangre derramada, que Parashurama llenó cinco lagos con la sangre de los Kshatriyas. Solo después de tal masacre Parashurama pudo calmar su ira y restablecer el Dharma.


La Batalla de Lanka (Rama vs Ravana)

El Ramayana es una de las epopeyas más épicas de todos los tiempos. La historia llega a su culmen cuando Rama acude a la capital de los demonios acompañado de sus aliados y su ejército para recuperar a su amada Sita. Dando comienzo a la batalla de Lanka.

guerras de los dioses hindú

El enfrentamiento no puso ser más épico, innumerables monos se enfrentaban a un ejército de raksasas que parecía infinito. La batalla fue larga y agotadora. Rama, Laksmana, Hanuman y Sugriva tuvieron que enfrentar a los poderosos generales de Ravana. Cuando estos finalmente cayeron, Ravana hizo despertar a su inconmensurable hermano Kumbhákarna quien logro herir a Hanuman y Sugriva, pero sucumbió ante las flechas disparadas por Rama con el Brahmastra.

Enseguida lucharon con Indrajit, quien se cree era incluso más poderoso que su padre, pues incluso logro lastimar a Rama y Laksmana. Hanuman les ayudo a recuperarse antes de que todo su ejercito fuera aniquilado por Indrajit y al final este pudo ser vencido por Laksmana.

Sin más opción, Ravana se levantó de su trono y se enfrento a Rama en la pelea más épica de todas. Con valentía, Rama hizo frente al rey de los asuras. Con su arco hacia pedazos las cabezas de Ravana, pero estas se regeneraban al instante. Al final, Rama tuvo que hacer emerger su naturaleza divina. Se presento como la encarnación de Vishnu, el dios de la preservación, quien estaba ahí para restablecer el dharma.

Entonces concentro su energía en su Brahmastra y disparo una flecha tan poderosa que atravesó la impenetrable armadura de Ravana perforando su corazón de demonio. Poniendo fin a la guerra y recuperando a su amada Sita.


Guerras de la Mitología Inca


Hijos de Aucayoc

Cuenta la leyenda, que hace mucho tiempo, una feroz y desgarradora guerra se llevaba a cabo en el cielo de los incas. El cruel dios Aucayoc no sentía piedad ni por sus propios hijos, y ávido de sangre les había hecho formar dos ejércitos y luchar unos contra otros. El cielo retumbaba con los tambores de guerra y las lanzadas de los rayos iluminaban la intranquilidad de las noches. Cuando morían, la sangre de los hijos de Aucayoc escapaba como lava hirviente de los cráteres de los volcanes.

guerras de los dioses incas

Pronto quedaron pocos guerreros y cansados de hacer la guerra intentaron terminar la disputa. Esa mañana, el cielo permaneció azul y despejado y los dioses se dirigieron a su padre: “Déjanos descansar, padre, no podemos luchar más”.

Pidieron a Aucayoc sus hijos que todavía tenían fuerzas para arrodillarse ante él. Pero el dios de la guerra no quiso escucharlos: “Ustedes no son más que cobardes, no son dignos de vivir conmigo. Así que ¡Fuera!, no quiero verlos nunca más!”.

Y con un gesto final de enojo, los arrojó del cielo. Aucayoc los envió a vivir en la tierra, convertidos en unas plantas de hojas duras, huecas como sus lanzas, en sus frutos Aucayoc encerró la rabia que sentía contra ellos, rabia que se convirtió en púas. Dejando un final triste y amargo a esta guerra.




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